Seguramente alguna vez has sufrido alguna molestia en tu sistema muscular, ya sea por tensiones acumuladas por la vida diaria y el trabajo, malas posturas, caídas o después de alguna práctica deportiva. Si bien, estas afecciones no suelen ser graves, es necesario estudiarlas y tratarlas para evitar que se vuelvan crónicas. Este tipo de dolencias pueden afectar tanto a las fibras musculares como a los tendones que se encuentran unidos a ellas, a los vasos sanguíneos, generando hematomas y también a las terminaciones nerviosas, provocando dolor.
En este artículo te mostraremos algunos implementos utilizados para tratar trastornos musculares no sin antes analizar las causas que provocan estas afecciones, los tipos que existen y sus principales síntomas. Si bien esperamos que no tengas lesiones, te invitamos a continuar leyendo para que si en alguna ocasión precisas de ayuda terapeútica, sepas cómo escoger los artefactos adecuados para tu necesidad.
Para empezar diremos que las enfermedades musculares son las que incluyen cualquier enfermedad o lesión que involucra a los músculos del cuerpo y que genera disfunción, atrofia o parálisis, siendo la lesión muscular la afección más común en este grupo.
Por su parte las lesiones se generan cuando el músculo o tendón es sometido a fuerzas superiores a la resistencia propia de los mismos. Éstas son frecuentes en la práctica de deportes que requieren velocidad y cambios bruscos de ritmo.
A continuación te mostramos una somera clasificación de los principales tipos de lesiones musculares:
El inicio de cualquier tratamiento muscular debe ser siempre la búsqueda de atención médica para determinar con precisión si nos encontramos frente a una enfermedad muscular y saber qué medicamentos o terapia seguir para su recuperación. Una vez diagnosticados podemos encontrar variadas opciones de tratamiento que dependerán del tipo de lesión de que se trate.
En el caso de las lesiones agudas se necesitará desarrollar un tratamiento que reduzca la inflamación (terapia de hielo, reposo o uso de anti-inflamatorios). En el caso de enfermedades crónicas se recurrirá a terapia de apoyo, como terapia física, ortesis incluso cirugía. Si se precisa el manejo del dolor, las alternativas incorporan el uso de antiinflamatorios no esteroideos. En caso de trastornos inmunitarios que afecten músculos, éstos pueden ser tratados con medicación inmunosupresora para reducir la inflamación.
Entre los implementos más usados para tratar lesiones musculares encontramos:
Con el uso del calor, se favorece la reparación muscular y se reduce el dolor del paciente. Las técnicas utilizadas en termoterapia son los baños calientes, el uso de bolsas de agua caliente o manta eléctrica y los parches de calor.
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